El siguiente artículo fue realizado en el marco del proyecto “Acción global para mejorar el marco de contratación de las personas migrantes (REFRAME) financiado por la Unión Europea. Su contenido es responsabilidad exclusiva de la OIT y no necesariamente refleja los puntos de vista de la Unión Europea.
Miles de migrantes retornados y deportados enfrentan el rechazo y la discriminación por no contar con documentos oficiales.
Para Julia no fue fácil retomar la vida en México después de regresar de California donde vivió veintitrés años con sus hijos. Lo primero que enfrentó fue el engorroso trámite de su credencial de elector; luego, la complicación de conseguir empleo. A su edad nadie le ofrecía salario justo y seguridad social. Y lo peor: se le discriminó por ser migrante. Durante años, asegura, cargó con ese estigma, a pesar de que no fue deportada de los Estados Unidos.
De acuerdo con Julia Salamanca, en México, miles de migrantes retornados y deportados enfrentan el rechazo y la discriminación por no contar con documentos oficiales; además, después de pasar gran parte de su vida fuera del país, regresan a una edad en que resulta difícil colocarse en un buen empleo, porque carecen de experiencia en un campo laboral tan distinto al que se acostumbraron en Estados Unidos.